LENGUA
Leer el cuadrito y verde y el cuadrito rosa de la página 48. Visualizar el video interactivo y realizar las dos actividades interactivas. Realizar la actividad 2 de la página 48.
MATEMÁTICAS
REPASO DE LA PROPIEDAD ASOCIATIVA DE LA SUMA
VALORES
Lectura y reflexión sobre el siguiente cuento "Un espejo en el corazón".
Un espejo en el corazón
-No quiero ir a ver a la
pediatra -refunfuña Pablo.
Su madre le enjuaga la
cara, llena aún de babas de vómito.
-No vamos a ver a la
pediatra -dice-. Vamos para que ella te vea a ti.
Su madre le explica a la
doctora que pablo vomita mucho.
-Es culpa de la sopa
-dice Pablo.
-Hoy no has comido sopa
-contesta su madre.
-Hoy ha sido culpa del
pescado -dice Pablo.
-¿Y ayer? -pregunta su
madre.
-Ayer fue por las
espinacas.
La doctora mira
atentamente a pablo y asegura que está más sano que una manzana.
-¿Y porque vomita?
-pregunta su madre.
La doctora no lo sabe.
Dice que, si los vómitos continúan, deberán llevar a pablo al hospital.
Por la noche, en su
cama, pablo piensa que no quiere ir. No le gustan los hospitales.
-Si tienes que ir será
porque tú quieres -dice el hada menta en la oscuridad de su habitación.
-¿Ah, sí? -dice Pablo-.
A lo mejor crees que vomito a propósito.
El hada menta da una
voltereta y salta desde el estante de los juguetes hasta la almohada de Pablo.
-No. No creo que lo
hagas porque quieres, sino porque es la única manera que tienes de hacer que
salga lo que te duele.
-¡Pues claro! La sopa,
las espinacas, la merluza -dice Pablo.
El hada menta suelta una
carcajada.
-Ni sopa, ni espinacas,
ni merluza. No tiene nada que ver con lo que comes, sino con lo que sientes.
-¿Pero qué dices?
-pregunta Pablo, incorporándose en la cama para ver mejor al hada.
El hada se pone las
manos en la cintura.
-A ver: ¿que pasó el
otro día antes de que te comieses la sopa?
Pablo piensa en ello,
pero no lo recuerda. Se inventa una respuesta, a ver si acierta:
-¿Jugue un partido de
fútbol?
-No
-¿Vi una película de
dibujos?
-Tampoco
-Me rindo -dice Pablo.
Te ayudaré a hacer
memoria -dice el hada menta.
Y entonces, de uno de
los bolsillos de su vestido saca un espejito de plata.
-Mira aquí. ¿qué ves?
Pablo se acerca pensando
que se verá a sí mismo como pasa con todos los espejos del mundo. Pero se lleva
una gran sorpresa. -¡jolin!
Es la hora de la cena,
la noche en que había sopa. Su madre está dando el biberón a Eli, su hermana
pequeña. Pablo quiere que su madre esté con él, pero su madre no puede. Su
madre le manda que se siente a comer.
-¿Ahora ya sabes qué
pasó antes de que comieses la sopa?
-Sí. Me enfadé con mi
madre.
El hada menta revolotea
por encima de la cabeza de pablo y desprende una estela de estrellas verdes.
-¡exacto!
El hada le vuelve a
poner el espejo delante de los ojos para que recuerde qué pasó ayer antes de
que vomitase las espinacas. Pablo ve su clase en el espejo. Carlos le ha pegado
una patada sin que la maestra lo vea.Pablo se la ha devuelto y la maestra le ha
castigado sólo a él. Después, han ido al comedor había espinacas para comer.
-¿Qué pasó?
-Me enfadé con Carlos.
-¿Y hoy, cuando has
vomitado el pescado?
Pablo observa el espejo,
aunque ya recuerda que se ha enfadado consigo mismo porque se le ha roto su
coche preferido.
-Ya lo entiendo -dice
pablo-.
Cuando me enfado,
vomito.
-No -dice menta-.Vomitas
porque no sabes qué te pasa.
-¿Quieres decir que si
sé que estoy enfadado ya no vomitaré?
-Eso mismo -responde
menta soltando una carcajada de colores.
Pablo se duerme pensando
cómo se las arreglará para saber cuándo está enfadado. Al día siguiente pablo
se fija en los demás. Es fácil saber cuándo la maestra está enfadada porque
habla con una voz muy antipática.
Es fácil saber cuando su
madre está contenta porque sonríe. También se puede saber que su padre está de
mal humor porque no para de moverse en la butaca. Debe ser que su equipo está
perdiendo. Y Pablo sabe que Eli está enfadada porque tiene los puños muy
apretados. Pablo cree que si se puede ver desde fuera cómo está la gente,
también se debe poder saber cómo está uno mismo por dentro, ¿verdad?
-¡Verdad! -le dice el
hada menta-. Sólo es necesario que te mires y te escuches por dentro.
Pablo no sabe si lo
conseguirá.
-¡claro que sí! -asegura
el hada-.Y para que te resulte más fácil, te dejaré mi espejo mágico para que
lo lleves dentro de tu corazón.
Pablo se pone a jugar
con la tiendecita. Le gusta ir a comprar. Pero llega Eli y le tira la caja de
las frutas y las verduras al suelo. Pablo siente que tiene muchas ganas de
romper cosas o de hacer daño a Eli.
-¡Jolin! ¿esto que
siento dentro de mí quiere decir que estoy enfadado?
Desde el estante de los
juguetes, el hada menta le dice que sí. Esa noche para cenar hay pescado. Pablo
se lo come y no vomita.
-¡Qué bien! -dice su padre-. Creo que ya no tendremos que llevar a pablo al hospital. Pablo sonríe, y su madre también.
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